Las personas pueden resultar muy reales, son reales, están allí, hablándote desde su enorme mundo, reflejado en esos ojos que puedes ver escondidos detrás de esas hermosas pestañas y
parpados de piel y carne y de hueso.
Y de golpe, como si solo hubieran sido un
sueño, se desvanecen en polvo.
Todo un mundo reducido a cenizas que se elevan
con el viento, el agua, el tiempo. Una existencia
que explota en cientos de momentos, imágenes que clavadas en la historia
permanecen en mi recuerdo. Sí, en mi recuerdo. Pero ya no puedo hablarles para
que me respondan.
¿Cómo extraigo del crespúsculo sus miradas? ¿Esas miradas que quedaron en mi retina una vez reflejadas?
Quizás cada vez que observo mi mirada en el reflejo de un espejo los veo a todos. Veo su mirada en mi mirada. Solo mirandome a los ojos puedo recordar su recuerdo, encontrar su existencia, pero sigo sintiendo sus ausencias...
Sentir, sentir que el mundo se desgrana, que nunca podrás sentirte tan
lleno, que a partir de ahora siempre será así, siempre serás tú sintiendo que
te falta una parte, una parte que no podrás recuperar porqué aquellos a los que querías se la llevarón con ellos.
y así, con cada falta, con cada ausencia, me ire haciendo más pequeña. Hasta desvanecerme en polvo, cenizas que se eleven con el viento, el agua, el tiempo.
Y entonces mi mirada solo se podrá encontrar en la mirada de quienes en mis ojos se fijaron, en algún espejo reflejada.
.AN.
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